En rojo y entre Burgos y Araba, la comarca del Ebro
De todos es conocida la reivindicación de incorporar Treviño a la provincia de Araba. Esta se basa principalmente en que está rodeado de tierras alavesas y en que la distancia hasta Burgos supera con creces la que hay hasta Vitoria-Gasteiz.
Sin embargo, y ateniéndonos a reivindicaciones históricas habría que extenderla al resto de la comarca que tiene en Miranda de Ebro su capital.
Las comarcas de los valles alaveses y la burgalesa del Ebro son en realidad una sola. El río Ebro cruza esta comarca de oeste a sureste y está delimitada al norte por la Sierras de Arkamo y los Montes de Vitoria y al sur por los Montes Obarenes y la Sierra de Toloño.
Esta comarca sufrió las embestidas cordobesas durante los siglos VIII y IX. El desfiladero de Pancorbo era el paso fronterizo natural que separaba Baskonia de Asturias al oeste y Al-Andalus al sur. En las crónicas musulmanas se citan estas tierras como alavesas. De hecho formaban parte del condado de Lantarón que perteneció a los condes alaveses hasta el año 931, cuando el conde de Castilla Fernán González, casado con Sancha, hermana del rey de Pamplona unificó los condados de Castilla, Álava y Lantarón. Posteriormente su hijo, el conde García Fernández se declaró vasallo del rey pamplonés Sancho II Abarca.
Los primeros tratados de límites entre Castilla y Pamplona sitúan toda esta comarca dentro del reino pirenaico.
La invasión del reino de Pamplona por parte de Alfonso VI en 1076 supuso la pérdida temporal de estas tierras hasta que fueron recuperadas por Alfonso I “el Batallador” en 1109. Esto marcó un precedente y en 1134 Alfonso VII de León volvió a invadir Navarra, violando los acuerdos de 1127 que situaban la frontera cerca de Burgos (Montes de Oca).
Según el textos del Laudo arbitral de Londres de 1177 en los que se pedía la devolución de estas tierras: Pancorbo, Berberana y Lantarón, entre otros, ya que el emperador se los arrebató por la fuerza al rey García Ramírez en 1134.
También pide la restitución de los castillos de Murillo, Ameyugo, Miranda, Santa Gadea y Salinas, entre otros, con las rentas allí percibidas que el rey de Castilla Alfonso VIII arrebató a Sancho VI en el año 1173, violando por tanto las treguas firmadas 6 años antes. Estos castillos habían sido recuperados por Sancho VI de Navarra en 1162.
Lamentablemente no solo no hubo restitución de estas tierras, sino que en 1199 Alfonso VIII volvió a invadir Navarra, conquistando la mitad occidental del reino. A principios de 1200, Vitoria-Gasteiz tuvo que rendirse tras aguantar un asedio durante más de siete meses. Otros castillos como Portilla y Treviño pese a resistir fueron intercambiados en las treguas por otros que Alfonso VIII tenia capturados más en el interior de Navarra.
El dicho divide y vencerás está más que justificado que nunca en esta comarca ya que lo lógico hubiera sido incluir los municipios de Ameyugo, La Puebla de Arganzón, Berberana, Bozoó, Bugedo, Encío, Miranda de Ebro, Pancorbo, San Zadornil, Santa Gadea y Treviño en Araba, y los de Altable y Valluércanes en la Rioja.
Comarca del Ebro