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NABARLUR. Un espacio en el que se muestra la territorialidad histórica de Vasconia. El ámbito en el que se desarrolló un pueblo, su idioma, y su Estado, independiente y reconocido en toda Europa, NAVARRA.
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2020-04-09

Laredo y Castro-Urdiales, en la muga de Navarra con Castilla

...Y la tierra del rey de Navarra empieza en aquel puerto llamado Oarso (Hondarribia), y llega hasta las aguas de Castro (Castro-Urdiales), que divide la tierra del rey de Navarra de la tierra de Castilla. Gesta Henrici II et Ricardi I. 1190

Mapa de Cesar-François Cassini de Thury 1754

Laredo y Castro-Urdiales se asientan en tierra de los antiguos autrigones, pueblo prerromano que se encontraba entre los cántabros y los caristios, y se extendía desde las Encartaciones (al norte) hasta los Montes de Oca (al sur).

En el año 74, los romanos fundaron junto al poblado de Sámano la colonia de Flaviobriga, que llegó a ser sede de un Convento Jurídico con jurisdicción sobre nueve ciudades autrigonas. La muralla del siglo II y la vía romana dan fe de su importancia hasta el siglo V, cuando fue destruida por tribus germánicas. Reedificada en el siglo VI, estuvo expuesta al ataque de los vikingos durante el siglo IX.

Límites tribales en tiempos romanos

La primera mención documental data del año 1040, cuando el rey García IV el de Nájera entregó Colindres, Sámano y Castro en arras a su esposa Estefanía de Foix, aunque se sabe que este territorio ya pertenecía al rey de Pamplona al menos desde el año 960. En este documento nombra a García Ciclabe como tenente de Sámano y a los hermanos Lope y Galindo Velázquez al frente de las tenencias de Colindres, Ugarte, Mena, Tudela y Llanteno.


Tenencias Pamplonesas en el siglo XI, a color las Encartaciones

Entre 1076 y 1109 todo el occidente del reino fue tomado por Alfonso VI de León y Castilla. Alfonso I el Batallador recuperó los viejos límites del reino hasta su muerte en 1134. Posteriormente este territorio estuvo disputado entre Sancho VI el Sabio y Alfonso VIII de Castilla quien invadió Bizkaia por las Encartaciones hacia 1174. Tras el Laudo arbitral de Londres de 1176, en que Castilla y Navarra buscaron un acuerdo de paz, otro documento inglés (Gesta Enrici et Ricardi) de 1190 confirmó que la tierra del rey de Navarra llegaba hasta Castro-Urdiales.

La mayoría de publicaciones datan la fundación de la villa de Castro-Urdiales por Alfonso VIII de Castilla en 1163 o 1173, pero se trata de un error ya que según ha demostrado Jesús A. Solorzano, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria, la concesión del Fuero de Logroño a la villa marinera tuvo lugar el 10 de marzo de 1202. Gracias al hallazgo de un documento en el que hay insertada una copia del privilegio, conservado en el Fondo Marqués de Villarías del Archivo Foral de Bizkaia, se ha podido certificar la fecha exacta de la entrega del Fuero. Esto coincide con la conquista castellana de la Navarra occidental y la entrega de Fueros a otras villas cercanas como Balmaseda (1199) y Laredo (1200) para asentar la ocupación. Finalmente Alfonso VIII entregó estos territorios a Diego López II de Haro, señor de Vizcaya.

En 1296 se creó en Castro-Urdiales la Hermandad de las Marismas, de la que también formaban parte Santander, Laredo, Bermeo, Getaria, Donostia-San Sebastián, Hondarribia y Vitoria-Gasteiz, y a la que se unió al año siguiente San Vicente de la Barquera. Su finalidad era la de defender sus privilegios e intereses y protegerse mutuamente en caso de conflicto.

Durante la lucha entre Pedro I de Castilla y su hermano Enrique por el trono de Castilla, se propuso la entrega de Castro-Urdiales, Bermeo y Bilbao al Príncipe Eduardo de Inglaterra a cambio de ayuda. Finalmente el pago no se llevó a cabo lo que supuso la retirada de los ingleses y la posterior derrota de Pedro I.

En 1394 Castro-Urdiales se unió formalmente al señorío de Vizcaya con voz y voto. Estuvo presente en la constitución de la Hermandad de Bizkaia en Junta general en Gernika y  hasta 1471 en que solicitó y obtuvo su separación para formar junto a San Vicente de la Barquera, Santander y Laredo, el Corregimiento de las Cuatro Villas. Colindres y Limpias en cambio, según ha demostrado Florencio Amador Carrandi, han sido parte del señorío de Bizkaia desde tiempo inmemorial hasta el siglo XIX cuando fueron integrados en la provincia de Santander.

Bizkaia en el siglo XVIII, incluida la Provincia de Cuatro Villas. Nicolás De Fer 1707.

Castro-Urdiales intentó reincorporarse al señorío en 1562, 1576, 1665, 1667, 1678, 1738 (momento en el que sí obtuvo, a cambio de 140.000 escudos, el permiso de Felipe V para integrarse en Bizkaia hasta 1741 en que fue revocado por presiones de otros puertos), estuvo fuera de jurisdicción hasta 1763 cuando volvió al Corregimiento, y trató en pleno su integración en Bizkaia por última vez en 1774. Finalmente fue integrada en la provincia de Cantabria en 1796, que luego pasó a llamarse provincia de Santander. Las Encartaciones en cambio no se integraron totalmente en Bizkaia hasta 1799.

Desde el siglo XIX, Castro-Urdiales forma parte de la aglomeración urbano-industrial de Bilbao. La villa marinera ha pasado por ser un núcleo minero que abastecía de hierro los Altos Hornos de la margen izquierda hasta convertirse en ciudad residencial de dicha aglomeración.

El 24 de octubre de 1924 el ayuntamiento de Castro-Urdiales, con el apoyo decidido de la Diputación Foral de Bizkaia, aprobó por catorce votos favorables contra uno solicitar su anexión a Bizkaia. Sin embargo el Ministerio de Gobernación rechazó la petición meses después.

En la actualidad solo se contempla la segregación del municipio cántabro de Villaverde del Valle para ser integrado en Euskadi, pero no son pocas las voces, incluidas las de los representantes políticos de Castro-Urdiales, que solicitan su segregación de Cantabria y unión a Bizkaia.

Escudo de Castro-Urdiales con las armas del Señorío de Vizcaya en el centro

Datos prácticos:
- Población: 32.000 habitantes.
- Distancia a Santander: 69 km
- Distancia a Bilbao: 31 km

2018-05-08

La Navarra olvidada. Lugares de memoria.

Lugares de las actuales provincias de Cantabria, Burgos, La Rioja y Soria que fueron parte del reino de Pamplona

Desde la publicación en 1863 del famoso mapa de los dialectos del euskera de L. L. Bonaparte, nos hemos acostumbrado a ver un mapa que represente a nuestro país que parte del siglo XIX, por lo que muchos desconocen que hay una parte de la Navarra histórica oculta, ya que no sale en los mapas.

Partiendo de los datos de la antigüedad, el territorio al que nos referimos fue habitado mayormente por autrigones y berones, pueblos que pese a que se ha difundido que eran celtas, en realidad eran eúscaros. La presencia del euskera está presente en la toponimia de todo este territorio, sobretodo en las zonas donde hasta más recientemente ha perdurado la lengua vasca, como fueron el valle de Ojacastro [11] y el condado de Treviño [9]. No nos debe extrañar que sea en La Rioja, en el monasterio de San Millán de la Cogolla [12], donde se conserven los textos con las primeras frases en euskera.

La arqueología también está jugando un papel importante ya que se han encontrado inscripciones de nombres en euskera arcaico en lápidas de época romana en la zona limítrofe de las actuales provincias de La Rioja y Soria [18], confirmando que la presencia del euskera en La Rioja no se debe solo a repoblaciones medievales, sino que ha sido una constante desde tiempos prerromanos. Durante la época romana queda lejos de toda duda el que poblaciones tan importantes como Calahorra [15] y Graccurris (Alfaro) [16] estaban en territorio vascón.

Ya en época medieval, tras el paréntesis de dominación goda y musulmana, los reyes navarros pusieron todo su empeño en recuperar estos territorios. En el año 907 comenzó la reconquista de La Rioja y para el 914 se tomaron Arnedo y Calahorra. En 1016 se definió la frontera con Castilla que marcaba el avance en tierras musulmanas desde la sierra de la Demanda [17] dejando el valle del Ebro para los navarros. Los territorios más occidentales, en manos de los monarcas astur-leoneses hasta entonces, finalmente fueron integrados en el reino por Sancho III el Mayor gracias a su política de acercamiento con el conde de Castilla.

Tras la muerte del rey vascón en 1035, su primogénito García IV el de Nájera, regentó una serie de tenencias castellanas que defendían la frontera con el reino de León: Colindres-Laredo y Sámano-Castro Urdiales [1]; Ruesga y Soba [2]; Mena-Castrobarto, Lanteno y Tudela [3]; Arreba [4]; Miganjos y Tedeja [5]; Briviesca, Poza, Vesga y Piedralada [6]; Pancorbo, Término y Cellorigo [7]; Rodilla, Oca, Alba y Arlanzón [8]. Sin embargo estos territorios no llegaron a integrarse plenamente en el reino ya que tras su muerte fueron recuperados por el rey leonés.

Fue tras la batalla de Atapuerca [8] en 1054, donde el rey Fernando I de León mató al navarro, y supuso el comienzo de la conquista militar que culminaría 500 años después. Estas fortalezas fueron conquistadas una a una hasta situar la frontera en Pancorbo [7] y La Riojilla [11] en 1067.

En 1076, el asesinato del rey Sancho IV, propició la pérdida de La Rioja, que pese a ser recuperada temporalmente en varias ocasiones durante el siglo XII, la sentencia arbitral de Londres de 1177 la situó definitivamente fuera de Navarra. Pese a que esta sentencia reconocía que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa eran Navarra, Castilla las conquistó en el 1200. De entre las plazas que más resistieron destaca la de Treviño [9], la cual y tras más de 800 años, aún no ha sido reintegrada en Araba.

Ahí quedan lugares de nuestra memoria como Nájera [12], residencia y panteón de los reyes de Navarra; Logroño, Entrena y Navarrete [13], "puerta de Navarra" durante el siglo XII; los Castillos de Clavijo, Viguera, Ocón, Jubera, Arnedo, Quel, Autol y Enciso [14], que defendieron el reino durante más de dos siglos; y San Vicente de la Sonsierra [10], última localidad riojana en la que ondeó la bandera de Navarra (hasta 1463).

2011-05-10

La Trasmiera y el valle del Asón.


Frontera entre los reinos de León y Pamplona entre 1037 y 1076


Esta comarca, hoy incluida en la provincia de Cantabria, antiguamente formó parte del reino de Pamplona y fue fronteriza con Asturias y León.

Según citan varios documentos del siglo XI, el reino de Pamplona llegaba hasta el monasterio de Cudeyo:

"Reinando el rey García, que mandó hacer esta escritura, en Pamplona y en Álava y en Castilla Vieja hasta Burgos y hasta Bricia, poseyendo también Cudeyo con su término en Asturias; su hermano Fernando rey en León y en Burgos..."

Fueron también desde 1029 Tenencias Pamplonesas en Castilla la Vieja las de Ruesga, Soba, Colindres y Sámano.

Según el Laudo arbitral de Londres de 1177, estas tierras le fueron arrebatadas de manera violenta al rey navarro Sancho IV en 1076 por Alfonso VI de León y Castilla por lo que se pidió su devolución incluidas las rentas desde esta fecha pero dicha reclamación no fue satisfecha.

Otro documento inglés, que se encuentra en el museo Británico con fecha de 1190 “Division of kingdoms of Navarre and Spain” afirma que la tierra del rey de Navarra comienza en el puerto de Oiasouna o Huvarce (Hondarribia) y llega hasta las aguas de Castro (Castro-Urdiales) donde empiezan las del rey de Castilla…

Otros municipios más al oeste del río Miera conservan toponimia vasca (Selaya) y tradiciones ancestrales (La Vijanera de Silió) como reflejo de un pasado común.

2010-10-03

Las Tenencias occidentales, Cantabria y La Bureba.


Éste extenso territorio al oeste de Araba coincide en gran parte con el que Estrabón (S. I a.C.) y Ptolomeo (S. II) asignaban al pueblo de los Autrigones.

El comienzo de la Edad media viene marcada con la invasión Goda (dominaron la zona al sur del río Ebro) y posteriormente la invasión musulmana que obligó a gran parte de la población a huir a las montañas al norte del Ebro lo que dejó estas tierras despobladas.

Se sabe que el desfiladero de Pancorbo ejercía de frontera natural entre alaveses y los Banu Qasi, que dominaban la marca superior. Entre estos y el reino de Asturias quedaba otra marca fronteriza que se llamará “Al-Quila” o Castilla.

Estas tierras al comenzar la reconquista (S.IX) fueron repobladas por gentes de la montaña cántabra y alavesa principalmente. La presencia de una toponimia vasca tan densa en este territorio es fruto de ello.

Castilla nace unida a Araba en un primer momento, de hecho las crónicas musulmanas hablan de ataques a Castilla y Alava conjuntamente entre los años 791 y 878.

El rey Alfonso I de Asturias (793-857) invadió este territorio llegando hasta la rioja. El primer conde de Castilla conocido, Don Rodrigo (860-873), estaba bajo mando de los reyes asturianos.

Con el conde Fernán Gonzalez (945-970) se producen los primeros intentos serios de emancipación del condado, su hijo García Fernandez (970-995) heredará también el condado de Álava y se declarará vasallo del rey de Pamplona Sancho Garcés II “Abarca” (970-994).

Sancho III “el Mayor” (1004-1035) de Pamplona contrajo matrimonio con Munia, hija del conde Sancho García de Castilla (995-1017). En 1016 firmaron un documento por el cual fijaban la frontera entre las tierras del conde y las del rey, con una línea desde la cima de la Cogolla hasta Garray (junto a Soria). A la muerte del conde Sancho de Castilla y debido a la corta edad de su hijo, el infante García, Sancho III de Pamplona se hizo con las riendas del condado castellano y fue en 1029, al morir asesinado el infante García, cuando Fernando, hijo de Sancho III, recibió en herencia el condado de Castilla.

Fernando debía obediencia a su hermano mayor García III “el de Nájera” (1035-1054), único con el título de rey pero tras enfrentarse y dar muerte a su cuñado el rey Bermudo III de León en 1037 y al ser su esposa la heredera del reino, se tituló rey de León, pero según los documentos no de Castilla.

“Regnante Domino nostro Ihesu Chiristo, et sub eius imperio Garsia rege in Pampilona et in Alaua et in Castella. Fredinando rege in Legione. Renimiro rege in Aragone.” Doc. 1045.

Parece ser que tras la coronación de Fernando como rey de León (1038-1065), éste entregó a su hermano García la titularidad del condado de Castilla y así evitar el vasallaje.

La relación entre los dos hermanos fue deteriorándose paulatinamente a raíz de las incursiones de Fernando en territorio castellano. En 1054 se llegó al enfrentamiento armado en las campas de Atapuerca en el que resulto muerto el rey García III de Pamplona. Fernando I de León permitió en el mismo campo de batalla el nombramiento de Sancho IV (1054-1076), hijo de García, como nuevo rey de los navarros, pero le obligó a jurarle obediencia.

Fernando I ansiaba los territorios del antiguo condado de Castilla y se lanzó a la conquista de las tierras de Montes de Oca, Bureba, Urbel y Trasmiera, ocupándolas y tentando a los diferentes Tenentes navarros para ganar su obediencia a cambio de heredades.

El freno de la ambición del rey, ahora de Castilla y León, tras arrebatar estas tierras vasconas al reino de Pamplona, permite una calma momentánea en la nueva frontera occidental. Sancho IV, aconsejado por su tío y vasallo Ramiro de Aragón y presionado por el rey de León realizó una donación el 29 de diciembre de 1062 de las tierras invadidas y ocupadas por los leoneses.

Fernando I murió en 1065, su hijo Sancho II (1065-1072) heredó la beligerancia de su padre y se lanzó a la ofensiva en 1067. Esta vez fue derrotado cerca de Viana ante las fuerzas del rey de Pamplona que contaban con las del aragonés Sancho Ramirez. Con esta victoria se recuperó todo el territorio perdido hasta Pancorbo. Pero por poco tiempo ya que tras el asesinato de Sancho IV en 1076, todo el occidente del reino fue invadido y ocupado por las tropas de Alfonso VI de León y Castilla.

Años más tarde, el rey Alfonso I “el Batallador” (1104-1134), recuperó parte de éste territorio gracias al acuerdo firmado en Támara en 1127 con el nuevo rey Leonés, Alfonso VII (1126-1157). Según el acuerdo el rey de León reconocía la soberanía nabarra en Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y la rioja desde el Ebro hasta montes de Oca, pero la muerte del rey navarro en 1134 fue aprovechada por Alfonso VII para invadir de nuevo estas tierras del reino pamplonés.

La constante humillación a los reyes pamploneses por parte de los castellano-leoneses llegó a su fin con la muerte de Alfonso VII en 1157 y su heredero Sancho III al año siguiente. El entonces rey de Pamplona Sancho VI “el Sabio” (1150-1194) se lanzó a la ofensiva en 1162 y consiguió recuperar parte de la Rioja hasta las cercanías de Burgos. Fue este año cuando cambió su título por el de rey de Navarra. Con la mayoría de edad de Alfonso VIII de Castilla comenzó una guerra con Sancho VI que terminó tras un proceso en Londres entre 1176 y 1177 en el cual los dos reyes reclamaron la restitución de estas tierras.

La reclamación de la delegación navarra era clara:

“Devolución de Cudeio, Monasterio (Rodilla), Montes de Oca, valle de San Vicente (La Riojilla), valle de Ojacastro, Cinco Villas (Siete Villas de Anguiano), Montenegro (Cameros), sierra de Alba hasta Ágreda y las tierras comprendidas entre esos puntos y Navarra, con todos sus frutos de las mismas desde que murió el rey Sancho IV “el de Peñalén”. Todo ello fue poseído pacíficamente por el rey García III “el de Nájera”, su tatarabuelo, y su bisabuelo fue expulsado con violencia de este reino, por su debilidad, por su pariente el rey Alfonso VI de Castilla; tiempo después el rey García ramirez su nieto y padre de él (de Sancho VI “el Sabio”), de ilustre memoria, por voluntad divina y fidelidad de sus hombres naturales, recuperó el reino pero no íntegro, y lo que resta pide ahora su hijo Sancho, actual rey de Navarra.”

Sin embargo el rey Inglés no quiso entrar en restituciones anteriores a la vida de estos monarcas lo que supuso la pérdida definitiva de este territorio, pese a lo cual siguió siendo reclamado por los navarros hasta la pérdida completa de la independencia en 1512 y 1620.

Otro documento, este del año 1540, enviado por el partido Beaumontés al legítimo rey de Navarra, Enrique II (1517-1555), para ser empleado en las negociaciones en curso para el matrimonio de Juana de Labrit y Felipe II dice así:

“Quanto a lo que pertenece a V. Alteza, según lo que solía extender este Reyno antiguamente como es pública voz y fama que era señor de Guipúzcoa, Vizcaya y Alaba y mucha parte de Rioja hasta el holmo de Burgos”


Lectura recomendada:

IÑAKI SAGREDO, Navarra. Castillos que defendieron el Reino. Tomo IV.

OSOA.NET: Alava y los Castillos

AITOR PESCADOR: Tenentes y tenencias pamplonesas en Castilla (1004-1076).