La delimitación de un territorio es un tema controvertido origen de numerosos conflictos. En nuestro caso, históricamente ha sido una lucha constante de los vascones ante las potencias circundantes para defender su territorio. En este terreno es fundamental la memoria histórica, no solo la que llega hasta 1936, 1876, 1512 o 1200, sino la que llega hasta el principio de nuestra era.
No es una casualidad que el territorio ocupado por los pueblos eúskaros de la antigüedad: vascones, caristios, autrigones, várdulos, berones y aquitanos, coincida casi exactamente con el territorio que articularon los reyes pamploneses en el siglo XI. En su memoria estaba la territorialidad de Vasconia, que tras la caída del Imperio Romano mantuvo sus estructuras político-sociales.
Mapa de los antiguos pueblos eúskaros al sur del Pirineo
La llegada de los musulmanes a la península en el 711 dejó dos focos de resistencia en torno a Oviedo y Pamplona. Las tierras situadas entre ellos, Castilla y Álava buscaron en cada momento la mejor opción para su defensa ante la acometidas enviadas desde Córdoba. En el año 1004 subió al trono de Pamplona el rey Sancho III el Mayor, que reinó en toda Vasconia (a excepción de Tudela) y marcó definitivamente los límites del reino.
Según un documento de 1016, se trazó la frontera con Castilla que disponía que la Rioja quedaba en la parte navarra y marcaba los futuros avances ante los musulmanes hacia el valle del Ebro, mientras que Castilla se expandiría hacia las tierras del Duero.
Gracias a un trabajo de Aitor Pescador conocemos cuales fueron las tenencias navarras en el siglo XI en los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, La Rioja y Castilla. El mapa resultante es un calco del que conocemos de más de 1000 años antes.
Tenencias del reino de Pamplona en Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, La Rioja y Castilla (1004-1076)
Los acontecimientos desarrollados a lo largo del siglo XII terminaron con la partición de Vasconia con Navarra por un lado y Aragón y Gascuña por otro. Hubo varios intentos de reunificación entre los siglos XIII y XVI pero Castilla y Francia los desbarataron a sabiendas que una Vasconia unida sería invencible.
Las batallas de Atapuerca (1054) y la de Noain (1521) marcan el comienzo y el fin de la conquista de Navarra a manos del reino castellano-leonés, ahora llamado España. 500 años de conquista militar seguidos por otros 500 de sometimiento. No obstante, la memoria sigue viva y los navarros siempre han reivindicado la restitución de su territorialidad completa de manera continuada como prueban documentos como el Laudo arbitral de Londres de 1177 y el memorandum beaumontés de 1540.
En este último mapa reproduzco cuales serían las fronteras de Navarra si Castilla no la hubiese invadido a partir del año 1134. Baiona y Belorado eran los límites del reino según dejó escrito Alfonso I el Batallador en 1131. En el Laudo arbitral de Londres de 1177 se especificaron los territorios que debían ser devueltos por Castilla, desde Berberana al oeste, hasta la Sierra de Alba al sur. La gesta del rey Ricardo I Corazón de León de Inglaterra narraba que la costa navarra llegaba hasta Castro Urdiales. A muchos les llamará la atención la no inclusión de otros territorios de Vasconia como son Aragón y Gascuña pero el reconocimiento mutuo es un primer paso necesario para avanzar. De la misma manera no están los territorios de la Castilla primigenia que dejaron de reivindicarse tras el pacto de Támara de 1127.
Territorialidad histórica de Navarra