2010-05-28

Evolución del escudo de Navarra después de la conquista.


Descripción:
El escudo del rey de Nabarra según el Libro de Armería del Reino de Nabarra (s.XVI) y otros armoriales como el de Urfé (s.XV-XVI) es:
De gules (rojo), carbunclo cerrado pomelado de oro, una esmeralda sinople (verde) en forma de losange en abismo. Timbrado de una corona de tres florones.
La boca o perímetro es en forma de U, como corresponde a todos los escudos vascos del Libro de Armería del reino de Nabarra. Es un tipo de blasón de gran antigüedad y que se ha utilizado en muchas armerías europeas.
El campo o parte interior del escudo es de gules (color rojo).
Carbunclo cerrado: El carbunclo es una piedra preciosa a la que se le atribuyen propiedades extraordinarias. El libro afirma que tiene forma de losange (rombo) y una esmeralda verde colocada en el abismo o centro del escudo. De él salen ocho rayos de oro, en forma de cruz y sotuer (aspa), estos quedan unidos por unos trazos en forma de orla siguiendo la forma del escudo.
Carbunclo pomelado: Los puntos de intersección de todos los trazos quedan cargados por las pomas que los unen. Cada trazo en su parte interior lleva dos pomas, menos los que llegan hasta los cantones (ángulos) diestro y siniestro del jefe (parte alta del escudo) que llevan tres.

El escudo a partir de 1512.
Tras la conquista castellana de la Alta Nabarra, los reyes de Nabarra siguieron reinando en sus territorios al norte de los pirineos. La representación del escudo de Nabarra dentro del escudo de los Austrias responde a una falsificación ya que fuera del territorio nabarro apenas se encuentran escudos imperiales con las armas de Nabarra. En cambio desde la subida al trono de Francia del rey Enrique IV (III de Nabarra) las armas de Francia van unidas a las de Nabarra hasta la revolución de 1789.
Su representación, sobre todo a partir de la contrarreforma católica que trajo consigo el estilo barroco, fue sustituida por las cadenas debido a que se había creído ver de manera equivocada o interesada las cadenas que supuestamente trajo Sancho VII “el Fuerte” como botín de la batalla de las navas de Tolosa en 1212.

Siglos XIX y XX.
La llegada al trono de José Bonaparte (1808-1813) supuso la inclusión del escudo de Nabarra en el de España de manera fugaz. En 1841 el ocupado reino de Nabarra pasó a ser provincia española tras la derrota de los carlistas.
En 1910 la Diputación Foral y Provincial propuso un escudo para la confección de una bandera que sería izada en el aniversario de la batalla de las Navas de Tolosa. Para ello fueron consultados distinguidos miembros de la comisión de monumentos como A. Campión, H. de Oloriz y J. Artadill.
Pocas semanas después de proclamarse la segunda república (1931-1937) la diputación acordó sustituir la corona real por una corona mural.
En marzo de 1937, la Diputación, en manos de los sublevados franquistas, restableció la corona real y en noviembre del mismo año el general F. Franco concedió a Navarra la Cruz Laureada de San Fernando “como recuerdo a las gestas heroicas de Navarra en el movimiento nacional”.
En 1981 se dejó de utilizar el escudo con la laureada y fue en 1985 cuando el gobierno de la Alta Navarra confió a Domingo Aznar la actualización del diseño oficial del escudo.
Sin ningún conocimiento ni respeto, los diseñadores gráficos han irrumpido en el mundo de la heráldica. Además, las autoridades municipales y provinciales, en su ignorancia y desidia han aceptado todo lo que se les ha presentado. Desde 1985 se viene usando un logotipo creado por Ricardo Bermejo como símbolo de identificación gráfica del gobierno de la Alta Navarra.

Conclusiones.
El diseño actual del escudo de Nabarra dista bastante del original. No solo ha cambiado la forma del escudo sino que se ha sustituido equivocadamente el tradicional carbunclo cerrado pomelado por las cadenas, que por mucho que a algunos les guste sacarles brillo, una cadena es un símbolo de imposición más que de unión, ya que esta no se da, menos aún desde la creación de las comunidades autónomas que nos separan a los vascos para amortiguar el potencial que pudiera tener una Baskonia unida.
La corona abierta del rey de Nabarra ha sido cambiada por una corona cerrada muy similar a la corona real borbona usada en el escudo de España. No hay más que observar los escudos de Pamplona u otros pueblos de Nabarra para darse cuenta de cuál es la verdadera corona de Nabarra. De todos modos, no colocar la corona sobre el escudo, no contraviene las normas heráldicas, es más, de esta manera se ven las enseñas desde más distancia y es más acorde a los tiempos en que vivimos, en que la monarquía hace tiempo que es una forma de gobierno obsoleta.
La no aceptación de nuestros símbolos originales y la proliferación de logotipos y banderas provocan su desnaturalización. El hecho de no tener un estado propio que vele por ellos provoca que cada vez haya más diseños de escudos, banderas, himnos y todo tipo de símbolos nacionales. Parece que esto sea un concurso para elegir cuales deben ser los símbolos que nos identifiquen ante el mundo y así nunca nos pondremos de acuerdo. Ni siquiera nos ponemos de acuerdo en cuál debe ser el nombre de nuestro país: Nabarra, Euskadi, Euskal Herria, Baskonia… Hasta un consejero de Napoleón quiso entrar en el debate y llamarnos Nueva Fenicia.