2010-04-03

Las fronteras de Navarra entre 1004 y 1054.


Reino de Pamplona y Ducado de Vasconia en el siglo XI

LA HERENCIA DE SANCHO III “EL MAYOR” (1004-1035)
Tras la muerte de García Sánchez II (994-1000) hacia el año 1000, el reino de Pamplona quedaba en manos de su hijo, un niño de 8 años, el futuro Sancho Garcés III “el Mayor”. Durante la minoría de edad de Sancho, quedaban a cargo del reino sus tíos Sancho y García Ramírez, su madre Jimena y su abuela Urraca. Sancho vivió en su niñez la destrucción protagonizada por Almanzor pero tras la muerte de éste en 1002 la monarquía vascona supo sobrevivir para convertirse en unos pocos años, en la primera potencia peninsular.
El reino de Pamplona estaba formado desde su origen por la ciudad de Pamplona, los valles circundantes hasta Aragón y la tierra de Deio y Berrueza al suroeste. Pese a la escasez de documentos se puede afirmar que la tierra de Gipuzkoa (desde el Deba al Urumea) formaba parte del reino desde el inicio.
Durante el siglo anterior se había extendido por la tierra de Nájera (Naiara) y el bajo Aragón al sur. Tras la expulsión de parte de los pobladores musulmanes, esta región fue colonizada por los habitantes del reino llegando a ser uno de los centros económicos más importantes de la monarquía vascona.
El condado de Aragón, vinculado desde el principio al reino de Pamplona, era una especie de tenencia exclusiva que recibían desde el año 970 los herederos al trono, o los hermanos del rey, para ir ejercitándose en el arte de gobernar.
El condado de Bizkaia, del que todavía no formaban parte ni las Encartaciones ni el Duranguesado, estuvo según todos los documentos en la órbita de Pamplona, en las genealogías de Roda (992) aparece la unión de un "comitis Biscahiensis" Momo o Munio con Belasquita, hija de Sancho Garcés I. El siguiente documento cita a Eneko López (hijo de un caballero del rey de Pamplona) como conde de Bizkaia en 1033 con Sancho III.

POLÍTICA MATRIMONIAL.
Sancho III se casó en 1011 con Munia, hija del conde Sancho García de Castilla. Este matrimonio seguramente fue promovido por Urraca, abuela de Sancho III y tía del conde Sancho García.
En 1016 el rey Sancho III y el conde Sancho García acordaron los límites entre Pamplona y Castilla por las sierras de Urbión y Cebollera hasta Garrai, la antigua Numancia. Pese a que estas conquistas no se llevaron a cabo, quedo marcado como debía ser la expansión para las futuras conquistas, el valle del Duero para los castellanos y el del Ebro para los navarros.
El condado de Álava, en la órbita del reino de Pamplona desde el principio, estaba unido dinásticamente a Castilla por el matrimonio de Sancha de Navarra, hija de Sancho Garcés I (905-925), con el conde de Castilla Fernán González (931-970). Su hijo García Fernández estaba independizado de hecho del poder Leonés afirmando gobernar en Castilla y Álava bajo el imperio de Sancho Garcés II “Abarca” (970-994), rey de Pamplona y Nájera. Tras ganar a los musulmanes los valles de Ojacastro, Tirón, Oca y Arlanzón, éstos fueron repoblados por alaveses y según afirma el historiador J. Mª Lacarra parte de estas tierras pudiesen haberle correspondido como dote a Sancha de Navarra.

LA GUERRA CONTRA LOS MUSULMANES
Tras la muerte de Almanzor, su hijo Abd al-Malik siguió con las ofensivas conquistando el sur de Sobrarbe y Ribagorza además de la sede episcopal de Roda en 1006. A su muerte en 1008, estalló la revuelta en Córdoba preludio de la guerra civil que acabó con el califato, que quedó dividido en reinos de taifas.
Esta situación fue aprovechada por Sancho III para recuperar varias fortalezas al sur del reino a cambio de ayuda militar. A partir de ahí fortaleció la frontera con los musulmanes con una línea de castillos que desde Funes y Caparroso, pasando por Uncastillo, Luesia, Biel, Murillo, Agüero, Loarre, Nocito, etc., llegaba hasta Boltaña en Sobrarbe.
En 1017 Sancho III, se hizo con el control de todo Sobrarbe tras tomar la plaza de Buil y la ribera del río Cinca hasta Perarrua usando la diplomacia además de las armas.
El condado de Ribagorza, separado del Pallars desde 916, era gobernado por la condesa Doña Mayor, tía de la mujer de Sancho III a quien pidió ayuda al verse acorralada en Benasque por los sarracenos que dominaban el sur y el conde Ramón de Pallars al este, que quería imponer su autoridad en la zona. Para 1018 Sancho había liberado la sede episcopal de Roda y detenido el avance del conde de Pallars. Fue en 1025 cuando la condesa, de edad avanzada, entregó voluntariamente el control del norte de Ribagorza al rey de Pamplona.

INTERVENCIÓN EN CASTILLA, LEÓN Y BARCELONA
Tras la muerte del conde Sancho García en 1017, Sancho se hizo cargo del condado de Castilla ya que el heredero y cuñado suyo, el infante García contaba solo con siete años. Ante la acometida del rey Alfonso V de León, Sancho tuvo que intervenir para defender las tierras palentinas disputadas por castellanos y leoneses. La paz se firmó en 1023 con el matrimonio de Alfonso V con Urraca, hermana de Sancho.
Con la mayoría de edad del infante García en 1024, firmó un acuerdo con el cual Sancho III se convertía en protector suyo. Tras la muerte del rey de León en 1028 se decidió casar a García con Sancha, hermana del nuevo rey de León, Bermudo III y así apaciguar las sublevaciones de estos dos territorios. La boda no llegó a celebrarse por el asesinato del conde García en 1029.
El condado de Castilla pasó entonces a Fernando, tercer hijo de Sancho III, directamente de su tío el infante García y no en el supuesto reparto del reino hecho por Sancho III, del que hablaré más adelante.
La situación en León es más complicada, el rey Bermudo III tenía doce años, la regencia la ejercía su madrastra, la reina Urraca, hermana de Sancho III. Para contener a la nobleza levantisca pactaron que Sancho III gobernase en León y Astorga mientras Urraca y Bermudo III ejercían en Galicia y Asturias. Resulta evidente que no era el deseo de Sancho III ni conquistar ni hacer desaparecer el reino de León, como han pretendido la mayoría de escritores españoles, únicamente lo hizo obligado por razones familiares. Para ello necesitó la autoridad suficiente para gobernar en esas tierras como si en verdad fuese el soberano.
En el caso del condado de Barcelona, tras una intervención militar en Tortosa en 1027 por las tropas cristianas encabezadas por Sancho III, señor de los vascones le llaman en las crónicas musulmanas, encontramos al conde Berenguer Ramón I de Barcelona en la corte de Sancho III entre 1027 a 1030. Es de suponer que hubo un pacto pseudo-vasallático, tal vez no de completa subordinación del catalán hacia Sancho III, que permitiría a éste presentarse como protector del conde frente a posibles adversarios.

EL PRINCIPADO DE VASCONIA
Este vasto territorio al norte de los pirineos que en época romana formaba la provincia de Novempopulania, se constituyó en ducado independiente hacia el año 660. Carlomagno, tras someterlo, “domuit vascones”, creó el reino de Aquitania en 781 para su hijo Ludovico Pio. En 836 los condes de Vasconia volvieron a independizarse con la ayuda del rey Eneko Arista.
El príncipe Guillermo Sancho, “señor de toda la Vasconia” (961-997) se casó con Urraca, hija del rey de Pamplona García Sanchez I (931-970). Su hijo Sancho Guillermo “señor de toda la Vasconia” (1009-1032) fue educado en la corte de Nájera según documentos de los años 992 y 996.
El mapamundi creado en estas fechas por el monje Estéfano García en el monasterio gascón de Saint-Sever es la máxima expresión de la existencia política y geográfica de Vasconia.
Hacia 1010, en Saint-Jean-d´Angély (cerca de La Rochelle) mantuvieron una reunión al más alto nivel, Roberto II de Francia y Sancho III de Pamplona junto a Guillermo V de Aquitania y Sancho Guillermo de Vasconia en la que los cuatro aparecen al mismo nivel jerárquico.
Al menos desde 1022 Sancho III suscribía actas que daban fe de su autoridad en Baskonia “in Guasconiam imperante” junto a su tío Sancho Guillermo que lo hacía como conde.
Sancho Guillermo murió en 1032 sin descendencia masculina. A partir de esta fecha el ducado de Vasconia es mencionado entre los territorios que domina Sancho III hasta su muerte en 1035. El principado fue pretendido por Eudes (1033-1039), hijo de Briscia, hermana del difunto duque y de Guillermo V “el Grande” de Aquitania y Poitiers, pero la unión con Aquitania terminó de consumarse en 1063 cuando Guillermo VIII de Aquitania y Poitiers se impone al resto de pretendientes a la sucesión. Aun en 1080 el rey de Pamplona y Aragón Sancho Ramírez (1076-1094) utilizaba en sus documentos la fórmula “reinando en toda la Gascuña”.

SANCHO III, SEÑOR DE LOS BASKONES.
A Sancho III “el Mayor” le denominaban de una u otra manera según el país de origen de quien lo hacía. Así desde Francia se le llamaba rex Navarrae Hispaniarum para distinguirlo del otro Sancho que gobernaba en el ducado de Baskonia, en la nabarra continental. Rege iberico lo denominó su amigo Oliba, abad de Ripoll y obispo de Vic en una carta en la que le pedía ayuda para financiar las obras de la nueva iglesia de Ripoll. Con este término quería reflejar su supremacía sobre sus pares peninsulares. amir al-Bashkunsh o señor de los vascos es utilizado en las crónicas musulmanas.

LA HERENCIA POLÍTICA
Sancho III “el Mayor” no dividió sus estados entre sus hijos, simplemente aplicó el derecho pirenaico, que regía en sus dominios desde tiempos antiguos, y éste no permitía la escisión de las tierras pertenecientes al reino. Los hijos de Sancho participaron en vida de su padre del ejercicio conjunto de la autoridad para así estar preparados por si la situación lo requería.
García Sánchez, el primogénito legítimo, colaboró con su padre en el gobierno de las principales plazas del reino, tales como Iruña-Pamplona o Naiara-Nájera. Fernando fue conde de Castilla a raíz de la muerte de su tío, el infante García, en 1029. Gonzalo comandó las tenencias de Loarre y Samitier mientras que Ramiro, primer hijo de Sancho III pero fruto de una relación prematrimonial con la joven Sancha de Aibar, debió ejercer funciones públicas en otras tenencias aragonesas.
Sancho III murió en 1035 en extrañas circunstancias, posiblemente envenenado a la edad de 43 años. Le sucedió García Sánchez por derecho, fue considerado como el único rey “por la gracia de Dios” capacitado para llevar dicho título. A sus hermanos en cambio, se les consideraba como régulos o reyes menores según la tradición de la corte nabarra.

EL REINADO DE GARCÍA SANCHEZ III “EL DE NÁJERA” (1035-1054)
Como sucesor de Sancho III, a García Sánchez III apodado “el de Nájera” por haber nacido y residido en esta ciudad, capital política del reino desde el año 924 en que Pamplona fue destruida por el califa Abd al-Rahman III, le correspondió la corona real y todas las tierras correspondientes al reino de Pamplona (Pamplona, Alava, Bizkaia, Gipuzkoa, Nájera y Aragón) más las nuevas adquisiciones en Castilla, Sobrarbe y Ribagorza.
Fernando, que ya era conde de Castilla desde 1029 pero en calidad de vasallo de su hermano mayor. La disputa con su cuñado, el rey Bermudo III de León, por la posesión de ciertas tierras entre el rio Cea y el Pisuerga acabó en enfrentamiento armado en 1037 en Tamarón, al oeste de Burgos. Allá acudió el conde Fernando con su hermano el rey García III, que le prestó ayuda para derrotar a Bermudo III que murió en la batalla. Éste hecho provocó que Fernando accediera al trono de León en 1038 junto a su mujer Sancha, por ser ésta la heredera de su hermano Bermudo III, que no tenía hijos.
La ayuda prestada a Fernando le valió a García para recibir en propiedad las antiguas tierras autrigonas que desde la bahía de Santander hasta montes de Oca formaban parte del condado de Castilla.
Ramiro heredó algunas villas en territorio castellano además de un gran número de villas aragonesas entre Vadoluengo y Matidero. Un enfrentamiento en 1043 con su hermano García fue generosamente solucionado por éste y Ramiro, que nunca se denominó a sí mismo como rey, sino como hijo del rey Sancho, le juro obediencia. Tras la muerte de su hermano Gonzalo, ocurrida antes de 1045, se hizo cargo de los condados de Sobrarbe y Ribagorza. García y Ramiro se casaron con dos hermanas, hijas del conde de Foix.
La enemistad entre los reyes musulmanes de Zaragoza y Toledo fue aprovechada por García III para reconquistar en 1045, gracias al acuerdo hecho con el rey de Toledo, la plaza de Calahorra que se había perdido ante los zaragozanos en 963. Tras esta victoria mandó construir en Naiara-Nájera el templo en honor a Santa María la Real. El cobro de parias, (pago en oro a cambio de protección o paz negociada) a los musulmanes dio estabilidad tanto a las fronteras como a las arcas reales.
Tras la coronación de Fernando como rey de León la relación con García III fue deteriorándose. Volcado en los intereses del reino de León apenas confirma documentos de Castilla con su hermano el rey García III. Dice una leyenda que encontrándose enfermo García intentó prender a Fernando cuando fue a visitarse. Más tarde es Fernando quien enferma y García cuando le visita es encerrado y encadenado pero consigue escapar con la ayuda de sus caballeros.
El 1 de septiembre de 1054, un ejército castellano-leonés, capitaneado por Fernando I, invadió el territorio nabarro. En Atapuerca, dentro de territorio navarro se enfrentaron a las tropas de García III. Fernando I ansiaba los territorios de Montes de Oca, Atapuerca y Urbel, que ganaban el océano en la bahía de Santander, haciendo de la Bureba, Laredo y Santoña piezas de su desmedida ambición. En la dura batalla es asesinado el rey de Pamplona. Fernando I es el vencedor, obligando al heredero Sancho IV, hijo de García III y sobrino suyo, a la jura de obediencia a su persona tras permitir en el mismo campo ensangrentado por la batalla, su nombramiento como rey de Pamplona.

Bibliografía:

Vasconia en el siglo XI. Reinado de Sancho, el Mayor, rey de Pamplona (1004-1035): Goyhenetche, Manex; Jimeno, Roldán; Pescador, Aitor; Urzainqui, Tomás .
Navarra o cuando los vascos tenían reyes: Narbaitz, Pierre 
Historia de Navarra: Lacarra, Jose Mª
La guerra de Navarra: Saldise, Iñigo